Willa: ¿Dónde estaban Aristóteles y Alfaro?

 

El huracán Willa en su categoría 5 pasó frente al malecón de Puerto Vallarta. Previo, se establecieron protocolos preventivos y una efectiva campaña de información. Los expertos calificaron al fenómeno como “extremadamente peligroso”.

 

Pero… ¿Dónde estuvo el gobernador Aristóteles Sandoval? ¿Dónde estaba el gobernador electo Enrique Alfaro? ¿Alguien supo de ellos durante estas más de 48 horas de apuro? ¿Ni un tweet a su destino turístico -caja chica- más importante del estado?

 

No fue una catástrofe natural, es verdad, pero las alertas aún están encendidas. Lo que sí llama la atención es esa negligencia pública ante un municipio que exprimen en días de sol, abundancia y extraños intereses.

 

Pero no, aquí nadie los necesitó. Nadie los extraño. Aquí, el presidente municipal agarró “el toro por los cuernos” y se hizo cargo, junto con un impresionante equipo, de toda la crisis.

 

Un avasallante despliegue en medios, plataformas, redes, informando en tiempo real las medidas preventivas y decisiones.

 

 

En campo, las cuadrillas de trabajo se desplegaron por toda la ciudad en áreas de riesgo, de deslaves, colonias ubicadas en arroyos, ríos, riachuelos y mar, zona hotelera norte y sur, agencias y delegaciones.

 

Arturo Dávalos y autoridades monitoreando el paso de Willa

 

Lo mismo se le vio al alcalde encabezando las reuniones científicas y trabajos conurbados con el municipio de Bahía de Banderas junto con su Secretario General, Víctor Bernal Vargas, que encabezando al lado de su esposa Candelaria Tovar Hernández de Dávalos, la apertura de albergues para recibir a los evacuados, sin dejar de mencionar el monitoreo durante la madrugada de las playas, bocas de tormenta al mar y malecón.

 

Obvio, ante estas más de 48 horas de incertidumbre, es justo preguntar dónde estuvo Aristóteles Sandoval y Enrique Alfaro, quienes cuando se trata de obtener frutos del Vallarta vergel son los primeros en querer meter la mano a la canasta.

 

No solo sé es líder en épocas de fertilidad, abundancia, también lo deben ser en épocas de crisis y zozobra.

 

Y aquí, en horas de nubes grises y tormenta, Dávalos Peña demostró ser el líder que ellos jamás han sido, ni serán.

 

 

De Alfaro, la falta de operación política y de tacto; su desinterés fue evidente.

 

Pero la ausencia, la omisión, y abandono es una responsabilidad política correctamente atribuida a Aristóteles quien en el ocaso de su ejercicio no está, nunca estuvo.

 

No es el caso de Arturo, alcalde reelecto, cuyo gobierno entregó una respuesta inmediata, preventiva, capacitada, coordinada y hasta estos momentos efectiva.

 

 

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