La muerte se volvió fiesta y el mal humor fue enterrado en José María Morelos, Jalisco

 

De manera muy alegre y llena de folclor al más puro estilo retratado por las películas como Coco de Pixar, en la comunidad de José María Morelos, al sur de la costa en Jalisco, se llevó a cabo la celebración del Día de Muertos con una enorme asistencia qué sorprendió al pueblo entero.

 

Las propias autoridades de la Delegación José María Morelos, a pocos kilómetros del Océano Pacífico mexicano, reconocieron que fue tal el poder de convocatoria de los eventos organizados en alianza con la Fundación Xala, que el de 2022 ha sido uno de los Días de Muertos más concurridos de su historia.

 

 

Más de 500 personas y sus familias acudieron a la plaza principal de la localidad para congregarse y dar lugar a una peculiar adición que los pobladores de esta parte de Tomatlán han hecho a la mundialmente conocida fiesta mexicana para honrar la memoria de los difuntos, se trata del “entierro del mal humor”.

 

Jóvenes del pueblo cargaron un ataúd hechizo a sus espaldas en una procesión que recorrió la calle principal de la comunidad, que lejos de ser fúnebre, tuvo como objetivo enterrar con él todos los malos augurios y el mal humor de los cuales no se quieren saber más, y celebrar con alegría el recuerdo de sus fallecidos seres queridos.

 

En la plaza principal fue donde terminó el desfile, que complementó a la perfección las decoraciones típicas de la fecha como él papel picado con sus variantes de colores y figurillas, las velas, música en vivo, bailables, catrinas fieles a la original materialización de la muerte creada por Guadalupe Posadas, y ofrendas elaboradas con mucho amor y talento.

 

Por supuesto, no podían faltar los altares faltaron los altares, y tanto era el entusiasmo de la comunidad por llenar de estos efectos memoriales la plaza, que la Delegación de José María Morelos invitó a la Fundación Xala a organizar y apoyar con premiaciones a los mejores altares.

 

 

El primer lugar se lo llevaron los chicos de la Secundaria Técnica 108, quienes con la recompensa podrán acceder a computadoras y otros materiales educativos que apoyarán el trabajo escolar de 340 estudiantes, mientras que otros reconocimientos fueron para organizaciones civiles como el Grupo La Voz de la Experiencia o las Catequistas de la Parroquia, fervientes participantes en esta ocasión.

 

Recordar con respeto y cariño a los parientes y amigos difuntos fue una ocasión sin igual para toda la comunidad, que dejó en claro que cuando se trata de celebrar las tradiciones, no hay latitud suficientemente remota para impedir que la muerte se vuelva una fiesta.