2022: El primer fracaso de Luis Munguía

 

2022: El primer fracaso de Luis Munguía

 

Lo sucedido el fin de semana no fue un accidente ni resultado de una coincidencia involuntaria de sucesos. Es una verdad. La realidad de una escalada de errores cometidos por Luis Ernesto Munguía González en el último año.

 

Lejos de la logística y tumbos que vivieron alrededor de su toma de protesta como dirigente estatal del Partido VERDE, el evento fue un total fracaso. El primero del 2022.

 



 

Aquí las razones:

 

En plena pandemia, sumidos en la cuarta ola de contagios, celebró una innecesaria pasarela con, ciertamente, un vergonzoso resultado. Ni 300 personas asistieron a la improvisada (bueno, la crónica advierte que compartieron agua de limón y tamarindo) jamaicada.

 

Por otro lado, el nuevo dueño del pastel VERDE cuenta cada vez con menos soportes dentro de su “ola”. Aquellos liderazgos que hasta entonces se encadenaban por él, ahora le dieron la espalda tras descubrir el otro rostro del atractivo mesías.

 

Ahora bien, el respaldo absoluto de Enrique Aubry de Castro Palomino, amo, dios, padre y caudillo de la franquicia en el estado durante las pasadas elecciones, se ha venido diluyendo al grado de trascender una catastrófica ruptura entre ambos. Ni siquiera asistió al evento en que el cacique le entregaría la espada a Munguía.

 

Además, si antes no sufre otra fractura interna o provocada desde el exterior, Luis Ernesto libra una batalla cuesta arriba para conservarse en el ánimo de sus seguidores. Y está perdiendo.

 

Ahondando en la sucesión, la correlación de fuerzas ha sido explosiva. La relación entre Aubry y Munguía no tiene buena salud y esto, seguro provocó el desdén de todas las “vacas sagradas” al evento.

 

También vale la pena preguntarse: ¿Por qué tampoco vino Karen Castrejón Trujillo, presidenta nacional del partido? Recordemos que fuimos testigos de una protesta estatal. Si, estatal.

 



 

Los focos rojos deben estar encendidos si es que realmente desea buscar nuevamente la candidatura por la presidencia municipal de Puerto Vallarta en el nada lejano 2024.

 

Por lo pronto ya cayó de los cuernos de la luna y Luis Munguía equivocó el cálculo y camina por un sinuoso sendero: fracturado, desinflado, clausurado.

 

 

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