Alonso Bravo Amaral, un guerrero con capacidades diferentes

 

Alonso Bravo Amaral, un guerrero con capacidades diferentes

 

Atrancado a una silla de ruedas que lo transporta a la libertad, Raul Alonso Bravo Amaral, titular del Consejo Municipal de Discapacidad expone a Vallarta Banderas sus motivos, éxitos e historia de vida.

 

Con parche color piel en el ojo derecho y montado en su trono con ruedas, relata su experiencia al perder parte de su motricidad, vista, más no la visión de una vida de retos.

 

Tuve un accidente a los 17 años, en el 96, un impacto de bala en el ojo. No recuerdo bien… Traían una pistola jugando, como enseñándole, les pareció divertido, sacó cartucho, se les fue un tiro, desperté como al mes, nunca quise meterme en situaciones que no entendería, todavía traigo la bala. Es inexplicable.

 



 

En esa época, en Vallarta no había neurocirujanos.

 

Mis padres escucharon el tronido pero a esa hora llegó a desayunar, a esa hora mi papá llegó a desayunar, me agarro con un doctor que venía de Guadalajara, de casualidad vino de vacaciones con su familia, en ese momento estaba en el CMQ y con una simple radiografía vieron que estaba incrustada y operaron para salvarme. Insisto, tuve suerte, el neurocirujano estaba de vacaciones saludando a sus colegas.

 

Desperté un mes después. Yo estaba roto por afuera y algunos pensaban, está tonto, habla lento, de repente se le cae la baba.

 

Me sentía encerrado, de ahí para adelante era demostrar quién era yo, o me quedaba lamentándome o me levantaba, y decidí levantarme.

 

Recuerda que la universidad está dividida en 3 secciones. Ingeniería, Socioeconómico y de Salud.

 

Me tocó ser presidente de la sección salud, siempre me llamó la atención competir políticamente desde la prepa y me invitaron en la universidad y ya llevo varias administraciones luchando por la gente…

 

Es para cada uno de nosotros venir día a día…

 

Le tocó a Luis Ernesto Munguia González en Ingeniería y con Héctor Briseño hacíamos bloque y ganamos la mayoría.

 



 

Después empecé mi aventura en la función pública con Ramón Demetrio Guerrero Martínez.

 

Ahora Comudis, le ha permitido volver a despertar, ‘aquí encontré las respuestas que me hice hace 20, 30 años en una camilla de hospital, por qué me sucedió esto, si no le hice mal a nadie. Aquí estaban las respuestas, el porqué estoy aquí’, recalcó dignamente.

 

La gente siente, piensa en mí con esperanza, se sienten tomadas en cuenta, las condiciones de infraestructura y el rezago social no les permite la movilidad.

 

Voy con la gente, convivo con la gente.

 

Por ejemplo, ahorita tenemos un programa de descuentos con la tarjeta Comudis en laboratorios, con médicos, chequeo de glucosa, hipertensión, etc.

 

Las concesionarias de camiones les hacen descuentos.

 

Satisfacción, -respondió cuando se le preguntó qué sentía de su trabajo- Uno de los grandes motivos son ellos. Admiro el humanismo de Lula Da Silva, que volvió a ser presidente. La empatía no es empatía sino caminar juntos…

 



 

Otro ejemplo es cuando mi madre me hablaba mucho del “Chato” Rodriguez, era un luchador social en la colonia y mira, ahora trabajamos juntos desde la misma trinchera.

 

Ahora vive con su esposa Carla Rodriguez y su hijo.

 

“Capacidades diferentes abarca más que la discapacidad, viene de la capacidad.” aseguró

 

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