Gota a gota: “Abarquismo” abraza a Luis Munguía
La rivalidad política entre Luis Munguía y César Abarca se remonta profundamente al año 2004, cuando Gustavo González Villaseñor nombró al segundo como “Santo Patrono Regidor de las Juventudes PRIístas”.
La pasión política exacerba historias, reprime aspiraciones y en este lapso de 14, 15 años Abarca Gutiérrez fue regidor, Director de SEAPAL, aspirante a la presidencia municipal que terminó en la candidatura a la diputación federal. Para ello conformó un grupo político MAS que mutó institucionalmente a UR, reconocido en la brega como “Abarquismo”.
Entre activistas sociales, líderes natos, sanguijuelas, cuates, acomodaticios y leales, desleales, locutores y amigos, crecieron en la degradante expresión “por el poder de la nómina”. Este influyente grupo ligado a César concluyó con la ya conocida derrota electoral.
Por otro lado, en la actualidad el diputado local, Luis Ernesto Munguía González ha trascendido políticamente como regidor, diputado federal (recordemos que políticamente jubiló a Gustavo tras derrotarlo en las urnas) y hoy es el diputado local que le da el status de ser presidenciable en el 2021.
El poder es tan mágico como itinerante, es la necesidad de supervivencia, así que la visión de los efebos Abarquistas ha sido devorada por Munguía y su poderosa influencia al interior de SEAPAL.
Si, todo aquel rastro del equipo de Abarca que quede en el organismo del agua es gracias a la negociación personal que ha llevado el diputado local con cada uno de ellos. Antes juraban lealtad al PRIísta, hoy son fieles al proyecto de Munguía rumbo a la siguiente elección.
Impresionante cómo en menos de un mes se muestran los vacíos y estragos de los políticos en declive y las veleidades, escarceos y deferencias para los elegidos de la diosa fortuna.
¿Nombres? Poco a poco daremos a conocer esos PRIístas de plástico que cambiaron a piel naranja.
Lo cierto es que así es la política señores: fría, circunstancial y calculadora.
