¡Peligro!: Los regidores de Mochilas

Esta semana es altamente significativa por un aspecto: Conoceremos la versión política más despiadada de Ramón “Mochilas” Guerrero.

 

¿El escenario? Guadalajara. ¿El motivo? Sus propuestas para integrar la futura planilla del Movimiento Ciudadano en la ciudad.

 

Como de costumbre, sus intereses son el motor que mueve la hormona del nacido en Ayutla denostando el futuro político del proyecto general.

 

Las 5 propuestas de Ramón son su esposa, Ada Vidal Cabrera, José Antonio Pinto Rodríguez, Iris Ulloa Godínez, Oscar Ernesto Pérez Flores y Carlos Enrique Félix Miranda.

 

Mención vergonzosa merece la simple sospecha de que su esposa, Ada, sea propuesta en la planilla. Una designación así es absurda, indignante.

 

Por si fuera poco, Antonio Pinto, el primer Secretario General Mochilista, es un político importado desde Zapopan, sin arraigo, ni domicilio base en Vallarta, pero que representa los intereses del rancio PANismo que aún patrocina las aventuras políticas de Guerrero Martínez.

 

Pinto, en la pasada elección fue candidato a diputado local en su Zapopan origen, donde fue devorado por Kumamoto y enviado al cuarto lugar de la vergüenza.

 

En resumen, Antonio no es de Vallarta, ni vive en Vallarta, no tiene casa en Vallarta, no conoce Vallarta, pero es la principal propuesta de Ramón para integrar la planilla edilicia.

 

Iris Ulloa, Oscar Pérez y Carlos Félix, representan el grupo que más se ha visto beneficiado por Mochilas. Crónicas periodísticas, trascendidos y leyendas urbanas hablan de sus excesos y beneficios que obtuvieron bajo su cobijo.

 

Como cereza en el pastel: ¿Se acuerdan de aquella polémica desincorporación de 18 bienes municipales en la administración de Mochilas? Pues Carlos Félix Miranda fue quien nombró Ramón como apoderado legal para llevar a cabo aquel ruin y violento despojo a Puerto Vallarta.

 

Ellos no son una propuesta social responsable, ellos solo representan los morbosos intereses de un político que no ha mostrado respeto alguno por la ciudad que lo recibió.

 

Ahora bien, dos tormentas más se avecinan.

 

La primera es gracias a la posibilidad real de que Ramón Guerrero abandone el proyecto MCista para sumarse a MORENA. El coqueteo de Mochilas con el equipo de AMLO es real, cierto, latente. De sobra señalar los peligros que representaría para Arturo, en caso de ganar, tener un cabildo dividido.

 

La segunda tormenta es que estos 5 no son una propuesta edilicia, son un equipo de choque que desea desmantelar a Puerto Vallarta bajo las órdenes de Ramón, un político visceral, inestable.

 

Mención aparte merece el conocer si todos aquellos “que menos tienen” que tanto utilizó Ramón en sus discursos no tendrán ningún representante en el cabildo. Dónde están esos liderazgos de Las Juntas, Ixtapa, Las Palmas, El Pitillal que se la han jugado con él; ninguno ha sido propuesto por Mochilas, ninguno. Sospechoso…

 

Hoy, semana clave y de dolorosas negociaciones, no es posible conocer el estado de tensión que existe en el proceso de decisión. La fricción, pugnas, choque, arrebatos, soberbia, amagues, aumentarán minuto a minuto hasta el 25 de marzo próximo, fecha límite de inscripción de planillas ante la autoridad electoral.

 

En este contexto, es correcto preguntar:

 

¿Las propuestas de Ramón representan a “los que menos tienen” que mencionó hasta el cansancio en sus discursos?

 

¿Qué pecado cometió Vallarta para que políticos como Mochilas lo sigan destrozando?

 

Para la reflexión.

 

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