Caro el recibo de “La Luz” en el templo de Enrique Alfaro

 

La degradación pública a la que está expuesta La Luz del Mundo, en los últimos días, trae en vilo las raíces en un PRI en extinción y a un Alfarismo que acuña los nuevos sueños del poder.

 

Causa de zozobra el señalamiento público y la templanza de una comunidad desfibrilada por ofensas religiosas al pudor infantil y mujeres.

 

 



 

 

Vallarta está convertido en un émbolo pasional, donde los pastores locales cierran los ojos a una realidad que trae trastabillando, en crisis, la credibilidad y respetabilidad de La Luz del Mundo.

 

No se diga los políticos que bajo el cobijo del Alfarismo son feligreses encumbrados en el universo naranja o aquellos que tejían sus redes de poder con la siempre controversial iglesia.

 

Más en todo Jalisco, pero en Vallarta, “El pastor de la Luz” tiene en jaque al templo de Enrique Alfaro.

 

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