Historias de “Conurbación”: BadeBa, el hermano “NiNi” de Puerto Vallarta

 

Hace unas horas fue la firma de la carta de intención para el desarrollo urbano regional sustentable de la zona metropolitana de Puerto Vallarta y Bahía de Banderas, o mejor dicho, la historia de “conurbación” del hermano parásito.

 

Sabemos que la famosa “carta intención” abrirá la puerta para la posterior firma de un Convenio de Coordinación Metropolitana como instrumento rector para el desarrollo de proyectos en materia de medio ambiente, movilidad, agua y saneamiento, seguridad pública, infraestructura, planeación del territorio, medio ambiente y promoción turística.

 

 

 

 

Anhelado pacto de amor entre los gobiernos de Enrique Alfaro Ramírez y el de Antonio Echevarría García.

 

 

 

 

Pero veamos…

 

Bahía de Banderas vive la nostalgia de ser una comunidad abandonada durante sexenios por el poderío central y por sus propios gobiernos estatales que solo le apuestan a las playas de Nuevo Vallarta hasta Punta de Mita; el resto de la superficie sufre un estancamiento que la obliga a vivir de lo que fuese su mágico, y vivido ayer para todos aquellos que hicimos nuestras sus tradiciones y costumbres de las benditas tierras de la virgen del Tintoc.

 

La relatoría histórica que precede al hoy, no se equivoca en los connatos de intentar fusionar BadeBa con Puerto Vallarta.

 

El nombre de “Nuevo Vallarta” fue la primer señal incendiaria que dio paso a la explotación de nuestra notoriedad, fama, imágenes icónicas y esencia, hasta llegar a la confusión generada a nivel internacional por una denominación que aún sigue provocando caos al vector turístico del Cuale. Sí, lastimando la principal fuente económica de esta ciudad portuaria.

 

Morbosas condicionantes que durante casi 4 lustros Puerto Vallarta ha estado viviendo y tolerando de un hermano aprovechado.

 

¿Realmente Bahía está preparado para una conurbación con un Vallarta al que ha explotado durante años y años y años y años? Es hora de que el puerto no ha visto beneficio alguno.

 

Sin infraestructura urbana, una avenida de acceso plagada de ambulantes, sin transporte público acordes a sus necesidades humanas y a un elevadísimo costo, serias deficiencias en alumbrado público, por mencionar algunas oscuras joyas.

 

¿Acaso queremos otro muro de vergüenza y concreto a la entrada de Vallarta que diga “VIDITA agradece su visita”?

 

¿Acaso queremos ver “de este lado” como siguen depredando el hábitat natural del río Ameca con ofensivas lagunas artificiales sin que nadie le diga nada a sus poderosos desarrolladores?

 

¿Queremos que nuestra imagen visual sea plagada de espectaculares como allá?

 

De ese tamaño son las distancias básicas, sin ahondar en la reglamentación, por ejemplo, comercial, urbana, visual. BadeBa siempre ha sido conocido tristemente como un pueblo sin ley.

 

¿SEAPAL “hermanado” con OROMAPAS? Caray, no sé para quien suena excitante observar la disposición final de aguas negras en las playas de Sayulita, Pueblo Mágico.

 

Ojo, y pongamos atención a este punto que es tema pilar en la agenda de metropolitana cuando SEAPAL es un titán eficiente, auto sustentable, perfecto, ejemplo nacional e internacional con una vitrina llena de reconocimientos y certificaciones de calidad por más de 20 años contra Oromapas, digo, el chiste de Sayulita se cuenta sólo como una imprudente broma de muy mal gusto.

 

Hablemos de galardones actuales: Puerto Vallarta es el destino mejor calificado por sus ciudadanos en cuanto a eficiencia gubernamental y una de las 4 ciudades más seguras del país, y BadeBa… bueno, dicen que en Fortuna de Vallejo venden cocos con camarón muy buenos.

 

 

Déjà vu de alto costo.

 

 

Retomemos…

 

Bahía de Banderas como municipio tiene muchas virtudes, pero más defectos endémicos, y Puerto Vallarta tiene suficientes necesidades en la mesa como para que le diagnostiquen una fractura más.

 

En la década de los 90´s, David García Barroso, un joven periodista que descansa hoy en paz, advertía qué “Vallarta” debería ser una marca registrada y no permitir a nadie usar su nombre.

 

Déjà vu de alto costo.

 

De tarea…

 

Comentarios Facebook