Vallarta 2021: El avispero
En Vallarta destapado el dique 2021 ante la llegada de Enrique Alfaro al gobierno de Jalisco, los amigos, funcionarios, aspirantes, delfines, traidores, manipuladores, leales, desleales, incondicionales, adictos al poder y al protagonismo ya están marcando territorio.
Rojos, naranjas, azules, bicolores, morenos, multicolores ya marcan territorio para no quedarse al margen del panorama 2021 que se ve álgido, en ebullición y potencialmente complicado.
El Obradorismo, Alfarismo y el “Grupo Vallarta” del rey Arturo y los Mochilistas ya se encuentran maquinando agenda y Vallarta se ha convertido en una pasarela de rostros, hipocresías, servilismo, proyectos, subyugantes perfiles y un manifiesto canibalismo político.
PRI, PAN, PT, PRD, MORENA y MC sacuden sus miedos y ya se ven en la calle buscando afinidad social, esperando los errores de los tres órdenes de gobierno para alimentar sus fobias y egos.
El caso es patear el avispero.
A la fecha, existe toda una consigna en negar las calenturas propias y ajenas a pesar de ser igual de evidentes los marcados jaloneos dentro de los grupos y en los partidos políticos.
Está caliente ese aparente lejano 2021, pero que ya se encuentra a la vuelta de la esquina.
Primero, el totémico Alfaro toma la delantera para expandir su control por estos lares y “manda” a placear a Mochilas, que violenta ánimos y está preñado del rechazo del electorado Vallartense.
Aún Ramón Guerrero quiere repetir la silla municipal, incluso muy por encima de “su” Luis Munguía quien se siente y se asume públicamente como su heredero natural.
El juego inicia en la rama mochilista donde son diestros en el canibalismo político.
Segundo; el PRI Vallarta está habilitado entre la jubilación de unos y la migración de tricolores a otros rubros políticos, MORENA caso concreto a nivel estatal, MC a nivel municipal.
Estas acciones no sólo muestran la crisis de liderazgos, pero también señalan que existe la firme posibilidad de que un César Abarca sea el abanderado del 2021 al municipio.
No perdamos de vista al regidor Roberto González, entre otros personajes que están adheridos al PRI de los González Reséndiz, como Eliseo “Cheo” Aréchiga Castillo y un resucitado Miguel Ángel “Tito” Yerena Ruiz que ya está levantando la mano para marcar territorio en su tan generoso PRI.
El caso Andrés González Palomera se ampliará aquí en vallartabanderas.com pero en otro momento.
Tercero; desde que cayeron en la indefinición, el PANismo local se pinta de liderazgos perdidos e ímpetus callados que no les permite mostrar la capacidad de esos personajes cotidianos que pueden y deben rehacer el proyecto del 2021 y 2024.
Un partido secuestrado por 2, 3 familias cuya marca de agua es el canibalismo, la traición y sus acostumbradas deslealtades.
Azules apáticos, sosos, sin gracia ni chispa y a la espera que les caiga el maná del cielo.
Cuarto; el rey Arturo tiene casi 50 mil votos que marcan el poder y liderazgo que ejerce en estas tierras de sol y del Cuale. Es claro que no hay expresión o prójimo político que le compita en seducción.
Cierto es que la disciplina de esperar tiempos que tanto predica, ayuda a expandir el plus de orden interno y eleva su mito de líder.
Aún así los niveles de aspiración grupal y personal traen su inercia de aceptación social y los nombres de un Diego Franco, Victor Bernal y de un mes para acá el de Rodolfo Domínguez son señalados de ser los posibles delfines.
Por otro lado, eminentemente Arturo será candidato 2021 a la Diputación Local de este distrito.
Quinto; indistintamente de los bendecidos de los partidos, existen líderes natos con estrella propia, Vallartenses de Vallarta, como es la marca impuesta en estas últimas elecciones, hoy solo vamos a citar a uno, a Andrés “El Príncipe” González Palomera quien es ubicado como uno de los perfiles más atractivos en la política de hoy.
Sexto y último; los MORENOS, PT y PRD están escondidos en el cajón de la mediocridad, nula comunicación hacia el exterior, no generan una vinculación social y su política es plana con vacíos y ausencia de proyectos de partido.
Por alguna extraña, hasta morbosa razón, solo quieren cobijarse ante un Peje y ya están viendo que no les será suficiente.
Aunque la marca Obradorista es miel para que más de alguien quiera irse a tomar la foto, ellos viven de tumbo en tumbo.
A Laurel Carrillo ¿líder en el cabildo?, la diputada federal Lorena Jiménez o el diputado local Bruno Blancas, las relaciones humanas no se les da, ni mencionemos la comunicación de sus funciones, pésimas.
Y así, las aguas de los 7 ríos de Vallarta ya están en ebullición.
