Las “Juanitas”, un lastre para Vallarta

 

El futuro de Puerto Vallarta está en peligro. Y no, no es por alarmar, es plasmar la realidad pues las Juanitas, léase herederas del Mochilas en cabildo; han creado un clima de inestabilidad que amenaza con salirse de control.

 

Tirios y Troyanos observan con asombro su desenvolvimiento.

 

Poco preparadas en la administración pública y escasa noción en políticas gubernamentales que exhiben a menos de un mes su falta de oficio.

 

La primera bomba la detonó Carmina Palacios Ibarra del PT e integrante de la bancada de MORENA en el cabildo. Fue en la primera sesión de cabildo en el que la abogada mostró su nivel de ignorancia al solicitar al pleno que no se aprobaran los nombramientos del Tesorero, Contralor y Secretario General para preparar una terna.

 

El caso es que Arturo respondió cortésmente que “por ley, el nombramiento es facultad exclusiva y única del alcalde”.

 

Recordemos que la regidora PTista llegó a esa posición gracias a una negociación en la que participó su esposo con la dirigencia, pues por cuestión de equidad y género él no pudo ser nombrado candidato en la planilla Obradorista. Así nació la “Juanita” del PT.

 

Y si de exhibir carencias y valemadrismo a su compromiso por su posición de edil se trata.

 

La segunda incoherencia explotó hoy, cuando la regidora María Inés “Mane” Díaz Romero de Movimiento Ciudadano y pupila del Mochilas, declaró a Tribuna de la Bahía que no renunciará a su puesto en la iniciativa privada automotriz para atender los asuntos inherentes al cargo de regidora.

 

A destacar que la entrevista se dio ayer, apenas el primer día que ha asistido a su labores.

 

Para Mané es más importante vender vehículos que portar con orgullo el cargo por el que fue elegida.

 

Importante señalar que Díaz Romero accedió a la planilla del MC tras una morbosa negociación entre su esposo Oscar Pérez y Ramón Guerrero con Enrique Alfaro.

 

Así, es correcto afirmar que en el gobierno del “orden y la innovación” se asoman síntomas de descomposición gracias a estas dos “Juanitas”.

 

Una, abogada que no conoce el máximo cuerpo de leyes que rige el municipio y la otra no tiene interés alguno en su cargo de regidora, salvo el cobrar puntualmente su generoso sueldo.

 

Con este ejercicio periodístico no se pretende demeritar sus capacidades, pero resulta ofensivo que no asuman con seriedad su rol como promotoras de la participación de las mujeres en la vida democrática del país y nuestro generoso municipio, ni con la sociedad que representan.

 

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