El “perfil técnico” de Alfaro no sirvió, SEAPAL debe ser de Vallarta
Confirmado: El gobierno del estado debe regresar SEAPAL a manos de Puerto Vallarta.
Y con ello agregar las partidas extras que se necesitan urgentemente para rehabilitar las añejas tuberías del colector que no tarda en colapsar. 30 años, una vida de desgaste, olvidos y omisiones por las diferentes dirigencias que ha tenido el organismo que priorizaron sus presupuestos en otras rubros.
Tal y como sucedió en el último sexenio Aristotélico Abarquista con los multi publicitados bebederos escolares y su nulo mantenimiento de la estructura de las redes de agua potable, con sus deleznables y recientes consecuencias y colapso ambiental.
Hasta hoy el gobierno del estado es y sigue siendo el jefe directo de la aún paraestatal, por lo que estamos expuestos a que se repita el patético escenario.
Tan patético y vergonzoso actuar del ejecutivo estatal, que hasta hoy, días después de la crisis, el señor Alfaro apenas se dignó a emitir postura alguna.
Lo más delicado, lejos del abandono, la falta de apoyo al municipio o anuncio de carpetas de investigación contra los negligentes y responsables del ecocidio, cancelaciones de viaje, etc., el señor de Tlajomulco se acomoda el moño, se cuelga el milagrito y se atreve a afirmar: “Aquí se hizo lo correcto y fuimos más allá, estableciendo una mesa de coordinación entre los tres niveles de gobierno en materia de salud, agua y medio ambiente.”
Tan negligentes los directivos de SEAPAL, como negligente la ausencia del gobernador.
Así, se destapó la caja de pandora. Todo quedó al descubierto. El nuevo escenario rompe el mito del perfecto SEAPAL que pensaba en votantes y no en fluidos y abundantes chorros de transparentes y vital agua.
Las reglas del juego ya son diferentes, queda claro que la refundación está en deuda con el municipio.
Porque ante la crisis que rodea actualmente a la imagen de la ciudad por el negligente manejo de SEAPAL, más el desafortunado ecocidio en el estero El Salado, hoy quedó demostrado que fue el aparato gubernamental encabezado por Arturo Dávalos quien agarró “el toro por los cuernos” y tomó las decisiones delicadas para corregir la contingencia ambiental, de salud pública e imagen.
Francisco Javier Rojas Gómez, un perfil técnico rodeado de políticos sin escrúpulos y ahí el resultado:
1. Puerto Vallarta bajo una crisis de salud pública.
2. Un ecocidio brutal en el estero El Salado.
3. En peligro la temporada vacacional de semana Santa y Pascua.
Esto no es política, esto es de moral, eficiencia y sentido común, así que de compromiso y verdadero amor a Vallarta, no hablemos de Alfaro.